Decir que es bella, es evocar su nombre: Linda Carolina es una ferviente aficionada al Punk y a esa línea del Metal en la que confluye el trueno de algún dios soberbio y el rugido de una fiera herida.
La conocí, apropiadamente, durante el festival de música Altavoz de Medellín el Sábado por la tarde. Cuando le pedí fotografiarla me pareció notar una cierta incredulidad en su sonrisa pero accedió sin ningún reparo, casi con complacencia. Juanita Dientes Verdes recién iniciaba su parte. Al final tomamos una cerveza en compañía de su novio y hablamos largamente de la vida, de su vida, sin entrar en pormenores.
Detrás de su risa fácil y su frágil apariencia se esconde un espíritu inquebrantable, el mundo no ha sido un lugar hospitalario para ella y sin embargo su ternura se conserva intacta. A los 17 años ha sobrevivido el asesinato de su padre a manos de un carnicero infame, la cacería de brujas en un pueblo obtuso e ignorante que la acusaba de adorar al demonio y el destierro cruel de un internado de rehabilitación para menores.
La música es su coraza y su fortaleza, lo que le permite sonreír, amar y continuar viviendo. Detesta la ignorancia, le encanta el color negro, ama los animales y quiere estudiar veterinaria.
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